domingo, 17 de junio de 2007

He estado hablando con él...

Así es. Estaba solo en casa, sentado en el sofa, sin nada que hacer y de repente ha llegado. Ni saludos, ni cortesia alguna. Atacando directamente, como sueles hacer siempre. Actuas siempre de la misma forma, haciendome recordar momentos pasados, tanto los que sucedieron hace un instante como los que se pierden ya casi en la memoria.
Y me haces ver todo lo que no hize bien, donde me equivoque, y a todo le sacas fallos...
Quiero despedirme de ti a cada momento, pero tus palabras resuenan todo el rato en mi cabeza.
La peor parte es cuando me agredes, me pegas, tanto fisicamente como mentalmente. Intento zafarme de ti, es imposible, intento pegarte , yo mismo no me dejo.

Eres mi yo reflejado en un espejo, mi otra parte, la que no quiero ser, la que es todo lo contrario a lo que soy... y que inevitablemente estas alli.

Ahora ya te has ido, pero queda algo de ti, queda tu tristeza, opuesto de mi alegria, y que con esta ultima acaba. Ahora triste, escribo sobre ti, espero hacer que te marches y me dejes en paz, espero que no dejandote dentro de mi, separandonos, te vallas...

"Reflejado te vi en el espejo que mis ojos formaban a cada momento"

Arklen J.

2 comentarios:

Soñadora Empedernida dijo...

Tarde temprano tendremos que acostumbrarnos a nuestro reflejo. Ese que parece nosotros pero que en realidad es demasiado distinto.

Tendremos que convivir con él día a día, aunque intentemos evitarlo en vano.


Quédate con tu 'yo' alegre, Ark. Hazme el favorzuelo.

Un besillo.

Rubbens dijo...

Yo pienso que tal vez sería mejor no dejar que te reproche y creo que puede ser fácil...Pregúntate por qué crees que tiene razón y busca la forma de solucionarlo.

No es que él te odie por lo que eres, parece más bien que le odias por lo que no eres. Y eso, amigo mío, es un grave problema.

Procura zanjar tus combates introspectivos, al menos en este sentido. Discute con él, no pelees.

Como conclusión te diré que creo que no son más que preguntas que no has sabido responderte.

Como consejo... No te preguntes solo por qué, pregúntate también, al mismo tiempo, por qué no.