sábado, 13 de marzo de 2010

Me destrozan los oídos los quejidos de la tarde

Me destrozan los oídos los quejidos de la tarde
que le gritan a la herrumbre ¡no pases aunque veas sangre!
Y envuelto en la penumbra de las olas que me abrazan
me torturan los lamentos de tus tristes bocanadas.

¿Qué es esta voz que recorre mis dedos?
¿Quién es el viento tras la tempestad?

Espero abril como agua de mayo
pues quiero sus días grises
que recuerdan que cuando llueve
las aguas siempre vuelven a su cauce.

Espero en mi ventana la caricia de la luna
y el filo de la noche, la alas de la penumbra.

Camino entre muros cenicientos que construyo con mis pasos
y navego por los ríos agitados que reflejan el ocaso.

Entre tragos paso el rato arañando el blanco cuero
escupiendole con mi tinta lo que contarle no me atrevo.

- Javier López Rubio -

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