
Una, dos, tres...
comienzan las horas a martillear la vida
...cuatro, cinco, seis...
empieza la mente a volverse madura
...siete, ocho, nueve...
vives, ries, lloras, sientes
...diez, once, doce
el ciclo termina, y mueres.
-Javier López-
Recordar las cosas que se han ido es, en definitiva, una manera de retener algo de ellas y eso, quizá, rescata un poco la alegría pasada, cuando la felicidad era plena, total. Sin embargo, ese recuerdo de la felicidad que se fue encierra en sí, la misma, indestructible... Tristeza
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